El elefante marino del norte, cuyo nombre científico es Mirounga angustirostris, es una de las diecinueve especies de mamíferos marinos pertenecientes a la familia de las focas genuinas. Junto con la familia de las focas espigadas y las morsas, las focas genuinas forman el grupo de mamíferos marinos conocidos como los pinnípedos.
Los elefantes marinos del norte se caracterizan por tener un pelaje color marrón; sin embargo, hay muchas variaciones sutiles entre los individuos. Los machos son generalmente de color marrón más oscuro, mientras que las hembras son de color canela claro. El pelo es escaso en los machos y hembras adultos y está totalmente ausente por corto tiempo después de la muda.
La piel de los recién nacido es de color negro hasta que el cachorro se desteta con éxito, momento en el que se despoja de su cubierta negra en favor de una de color más claro. El contrasombreado es una característica de todos los adultos y jóvenes recién destetados, mostrando un color más oscuro en el dorso y un color más claro en el vientre.
El nombre de esta especie se deriva de su enorme tamaño y el prominente hocico del macho. Los elefantes marinos son las focas más grandes del mundo y el Elefante marino del sur es ligeramente más grande que el Elefante marino del norte.
El Elefante marino del norte posee dos aletas traseras lobuladas. Los lóbulos externos de las orejas (pinnas) están ausentes, dando a estas la apariencia de estar a ras de piel. Los dientes son dimórficos en ambos sexos y los machos tienen caninos considerablemente alargados que emplean en las peleas.
Las especies exhiben un pronunciado dimorfismo sexual, la más conspícua característica de los machos es su trompa inflada (proboscis). (MarineBio.org. 2010). Esta característica está ausente en las hembras y es más grande en estos que la de sus parientes más cercanos, los Elefantes marinos del sur o Mirounga leonina. Los machos jóvenes comienzan a desarrollar la trompa a los dos años de edad, pero no se desarrolla completamente hasta que el animal alcanza su octavo año de madurez.
Estos mamíferos son los más grandes entre los carnívoros acuáticos del hemisferio norte. Las hembras suelen pesar entre 600 y 900 kg y los machos, que sobrepasan en peso a las hembras por un factor de tres a diez, pueden superar los 2,300 kg. Las hembras alcanzan un largo de 3,1 m como promedio y los machos por lo general, alcanzan entre 4 y 5 m. Los recién nacidos suelen pesar unos 47 kg en el momento de nacer. Entre los 24 y 28 días de edad, al ser destetados, ya pesan 147 kg y miden alrededor de 1,5 m.
Debido al enorme tiempo que estos animales pasan en el agua, hay ausencia de información sobre algunos aspectos de sus vidas. Es difícil conocer el promedio de vida de estos animales y cuáles factores podrían ser definidos como causa natural de muerte. Los estimados de supervivencia de las hembras en edad reproductiva son representados en porcentajes notando que la probabilidad de supervivencia disminuye con cada año de vida. En el primer año de vida, las posibilidades de supervivencia de las hembras son de 35%, a los dos años de 30% y a los tres años de 20%.
Las hembras adultas promedian entre 11 y 13 años de vida. Los cachorros jóvenes son bastante vulnerables a morir, particularmente por depredación y pateaduras. Las pateaduras las reciben de los machos grandes que al salir en defensa de sus hembras, aplastan a los cachorros que quedan bajo su peso, ya que se aproximan rápidamente hacia el intruso. Según algunos estimados, el 10% de la población jóven perece de esta forma cada año.
Los Elefantes marinos del norte son probablemente solitarios en su estado natural, mientras que están en el agua, pero se congregan durante la temporada de apareamiento en la costa. Están en movimiento la mayor parte de sus vidas, migrando en busca de alimento. La jerarquía social existe durante la temporada de apareamiento, pero los machos son menos agresivos unos con otros cuando salen del agua para la muda.
Una de las más extraordinarias características de esta especie son sus inmersiones durante las migraciones de forrajeo. El prolongado período de tiempo que estos animales permanecen bajo el agua no viene dado por la capacidad de mantener la respiración. El aire se expele de los pulmones antes de que las focas se zambullan y durante los 20 a 70 minutos que el animal está bajo el agua, el oxígeno requerido se obtiene a partir de la sangre y los tejidos. Los Elefantes marinos del norte poseen sangre que es rica en hemoglobina y los tejidos son ricos en mioglobina, lo cual incrementa su capacidad de almacenamiento de oxígeno.
Otra característica de este comportamiento de buceo, que tiene preplejos a los investigadores, es la falta de descanso o sueño durante un período tan largo de tiempo. Los registros indican que estos animales realizan inmersiones repetidas las 24 horas del día, a veces durante meses seguidos. Se ha llegado a creer que la actividad de inmersión puede ser la forma de dormir de las focas, ya que su metabolismo se ralentiza.
Los Elefantes marinos del norte se encuentran en las aguas costeras del Mar Pacífico desde el Golfo de Alaska hacia el sur hasta Baja California. Las migraciones en busca de alimento de los machos y hembras se hacen por separado, dos veces al año. Los machos viajan hacia el norte a las Islas Aleutianas y el Golfo de Alaska.
Las hembras no viajan tan al norte, pero en su lugar, emigran al oeste más hacia el océano abierto. Se ha registrado que la distancia de migración total anual para esta especie ha sido de hasta 21,000 km. Las focas se pueden ver en las orillas más a menudo de diciembre a marzo durante la época de apareamiento y de nuevo a partir de abril continuando hasta agosto, ya que se arrastran hacia afuera para la muda.
Los Elefantes marinos del norte residen en la arena, la roca o sobre el barro de las orillas de las costas en sus perídos terrestres, especialmente en las islas del litoral. Es natural que se reúnan en grandes grupos mientras que están en tierra. Estos animales pasan sólo el 10% de su tiempo en tierra, durante la reproducción y la muda.
El otro 90% permanecen en el agua, buceando y buscando alimentos y sólo el 11% de su tiempo acuático lo pasan en la superficie. Esto significa que un extraordinario 85-90% de su tiempo lo pasan en el mar y bajo el agua. Estos mamíferos pueden sumergirse a grandes profundidades, nada menos que a 1,600 metros (casi una milla) y por largos períodos de tiempo (20 a 70 minutos).
Los Elefantes marinos del norte tratan de alimentarse por medio del buceo en profundidades cuando están en el agua, debido a que sus depredadores habituales buscan el alimento cerca de la superficie. Las hembras migran al océano abierto para alimentarse con el fin de evitar a los depredadores tanto como sea posible.
Los Elefantes marinos del norte son importantes depredadores del pulpo, el calamar, los pequeños tiburones, las rayas y los peces. De esta forma impactan en las poblaciones de estos animales. A su vez, constituyen un importante alimento para otras especies que dependen de ellos, tales como el gran tiburón blanco, el Carcharodon carcharias y la ballena asesina, la Orca orcinus.
Los Elefantes marinos del norte pasan el 90% de sus vidas en el agua con el fin de obtener suficiente alimento. Durante sus migraciones de forrajeo, se sumergen en el agua repetidamente y de forma continua para cazar, sin detenerse a descansar o dormir durante meses seguidos.
Las hembras y los machos se alimentan por separado el uno del otro. Los machos viajan al norte, permaneciendo más cerca de la tierra y tienden a volver a los mismos lugares para alimentarse año tras año. Las hembras migran lejos de la tierra, al oeste, al océano abierto y son menos precisas en volver a los mismos lugares cada año. El comportamiento de forrajeo masculino se caracteriza por inmersiones bentónicas hasta el fondo del mar. En contraste, las hembras exhiben una inmersión de forrajeo pelágica, definida por un viaje al suelo oceánico y un ascenso parcial en ciclos repetidos.
Hay cierta especulación en cuanto a la razón de la diferencia de tamaño entre el macho y la hembra de esta especie y algunos indicios sugieren que el tipo de alimento puede ser un factor contribuyente. Los machos pefieren alimentos densos en masa como los tiburones y rayas, mientras que las hembras comen alimentos menos densos como el calamar.
La diferencia de alimentos viene dada por los diversos lugares en los que se forrajeó. Esta repartición de recursos es probable que dé como resultado las diferencias que existen en el tamaño de sus cuerpos. Los machos son menos vulnerables a los depredadores y por lo tanto, son más seguros en la búsqueda de alimentos en zonas con presencia de depredadores. Las hembras son más vulnerables a los depredadores y por lo tanto, deben alimentarse en zonas con menos depredadores.
Los elefantes marinos ayunan mientras se encuentran en tierra, pasando a veces largos períodos de tiempo sin comer, mientras están en reproducción y muda.
Durante este tiempo, todo el alimento y la energía se obtienen de la grasa que es almacenada en su cuerpo como esperma, la llamada grasa de ballena. Se cree que estos animales nunca beben agua. Su fuente de agua proviene de los alimentos y su cuerpo descompone las grasas. Además, han desarrollado métodos fisiológicos para retener agua, tal como la producción de orina concentrada.
Otro fenómeno interesante de estos mamíferos es el hábito de comer piedras antes de llegar a tierra. El verdadero propósito de este comportamiento es desconocido. Las piedras se eliminan cuando vuelven a entrar en el agua para la migración, por lo que se ha sugerido que este fenómeno está relacionado con el largo período de ayuno. Los alimentos que consumen son: cefalópodos, rayas, pequeños tiburones y peces.
Los Elefantes marinos del norte no están actualmente en peligro de extinción; sin embargo, a principios del siglo 20, la especie fue cazada casi hasta la extinción. (New York Zoological Society.1907) Se presumió extinto por la década de 1880, después de ser explotados por los cazadores y balleneros que empleaban la gruesa capa de grasa de ballena como una fuente de aceite. Los animales remanentes fueron descubiertos en 1892 y fueron capturados y asesinados para la investigación científica. Eventualmente se observó que alrededor de 20 a 100 individuos habían sobrevivido.
Los estudios han mostrado que todos los individuos de la población actual, que ha crecido a más de 175,000, son los descendientes de aquellos pocos sobrevivientes. La superpoblación que se ha producido durante este tiempo es preocupante, porque la variación genética se reduce, aumentando la probabilidad de fracasos reproductivos y que la población carezca de la diversidad genética necesaria para superar futuras enfermedades.